Salvo me Salva (te)

El domigo pasado fuí al cumpleaños de una amiga feminista y esotérica (feminista+esotérica=bruja). Comí 2 gotas y 2 hoffmans. Estuvo de pelos, pero en un momento en que la vibra colectiva como que se iba a desmejorar un poco, decidí que lo más adecuado era lavar los platos.

¿por qué?

1)el lavado de platos sumerge a la mente en un dominio de funcionamentos mecánicos con la belleza propia de lo natural (la forma de correr del agua), que resulta un refugio por oposición a los reinos interhumanos de la simulación y las trampitas.

2)el proceso de lavado, tratándose como en efecto lo hace de a)separar lo que se desea (el plato) de lo que no (los restos), y b)disponer correctamente de éstos últimos, es una "metáfora procesual" natural del proceso que se quiere llevar a cabo en la mente (distinguir los contenidos tóxicos y lidiar apropiadamente con ellos) y por tanto lo facilita, en tanto que la cognición necesaria al lavado de platos es similar a la del lavado de alma.

3)los platos sucios son input en tiempo real en la mente de todos los presentes, sumando una integral respecto al tiempo de sus connotaciones poéticas (simbólicas) más naturales.

si no los lavaba, la suma de todas las mentes que de por sí yo estaba sintiendo como una ensalada barroca y agridulce se iba a empezar a amargar a medida que cada quién (por ejemplo) se iba a empezar a acordar de los platos sin lavar de su propia casa, de done iba a pasar a la reflexión de que no le alcanza para sirvienta, de donde podía pasar fácilmente a la contemplación desesperanzada y frustrante de su vida como pequeño caos irresoluble. Drogado entre sufrientes sí está cabrón, para quien no lo sepa; tons maté varios pájaros de un tiro, a saber:

i)lavé los platos
ii)lavé mi mente
iii)mejoré la escenografía, lo cual mejoró el guión (admirable unidad de la existencia como fenómeno teatral)

Feliz viaje.